domingo, 22 de enero de 2012

Una semana.

Acabo de llegar ha casa. Son las dos de la madrugada. Hoy había una fiesta, porque se ha acabado el curso. Me lo he pasado genial, porque todos estaban allí: Mis compañeros de clase, mis amigos y Nick. En verdad nos reunimos todo el colegio, y lo celebramos en el gimnasio. Todos los años desde hace 10 se hace, y se seguirá haciendo, solo que yo no estaré aquí. En toda la fiesta no he pensado ni una vez en tener que dejarles, en irme sola a otro colegio y a otra casa. Incluso a otra ciudad. Pero es llegar a casa y el mundo se me cae encima. Dentro de una semana ya no estaré aquí. Llevo inventadas unas 10.000 mil formas de comunicarles que me voy, pero ninguna me parece lo suficientemente buena. No se como lo voy ha hacer.
  Entro en silencio a mi habitación, porque Susan está durmiendo. Entro llorando, y al verla lloro aún más. Cuanto tiempo estaré si ver a ese monstruito, que dormida parece un ángel caído del cielo. Sin querer sorbo muy fuerte por la nariz, y Susan se despierta.
-Sssh Susan duérmete.- Le digo.
Susan se le vanta rápidamente y se sienta encima mio.
-Tata, ¿por que lloras? .- Me pregunta.
-No es nada, es que se me ha metido una hojita en el ojo, pero ya ha salido, ahora duerme ¿vale?.- y la llevo a su cama en brazos. La tapo y le doy un beso.
-Vale, te quiero tata.- Me dice, y al minuto se ha dormido.
Intento dormir, pero no hago mas que dar vueltas. Me levanto a beber un vaso de agua. Como se que no me voy a dormir, cojo la cámara y empiezo a hacer fotos de la casa, de lo que se ve a través de las ventanas y , como no, mi hermana durmiendo. Mañana les haré una foto a todos mis amigos y a Nick. Así, por lo menos, me consolaré mirándolos cuando ya no esté aquí.